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Mimierdablog

Va de elegir

    En un principio, cuando le digo a la gente que me voy a pasar un domingo entero en un colegio electoral, me miran con compasión:

-¡Vaya!, te ha tocado ser mesa, ¡qué putada!-comentan.

    Mucho más peculiar me resulta el gesto que inconscientemente reproducen cuando yo digo que ojalá, que a los de las mesas les pagan, que yo voy voluntariamente de apoderada para velar, no solo por los intereses de un partido en concreto, sino por el correcto funcionamiento de la jornada electoral, desde que las mesas se constituyen, hasta que el último voto ha sido contabilizado.

            Y es que la gente no termina de comprender la importancia de que un proceso como éste, ocurra con normalidad, sin graves incidencias. Un día de elecciones representa el pequeño momento en el que la ciudadanía decide cómo va a ser su vida durante los siguientes cuatro años, y es obligación de los que allí estamos, que la decisión que cada uno ha tomado, independientemente de cuál sea, sea respetada, tenida en cuenta, y defendida.

            Quien no haya pisado nunca un colegio electoral más que para ejercer su derecho a voto, no sabrá a qué me refiero, pero probablemente, se quedaría perplejo si supiera que su voto a un partido minoritario, o su voto en blanco de indecisión, o su voto nulo de castigo a la gestión de un partido, ha quedado retirado del escrutinio de la mesa porque los votos de la misma no cuadraban con el número de votantes.

            No menos espectacular sería su cara, si se enterase de que otros se atribuyen un derecho especial sobre él, votando dos veces, una presencialmente, y la otra generalmente por correo o como interventor. O si supiera que a veces los fallecidos votan, que algunos menores también, y así un largo etcétera.

            Durante todo un día, yo me preocupo por que este tipo de incidentes (o pequeños pucherazos, como yo suelo llamarlo) no ocurran. Me preocupo por los derechos de todos los votantes, por que puedan votar libremente, por que la elección de cada uno se haya tenido en cuenta y compute en los recuentos, por que nadie se tome ventajas sobre el resto. Y no, para mí, ser responsable del correcto funcionamiento de un proceso tan importante, será como mucho agotador, pero nunca una putada.

 

PD: Raquel, ¡ahí estamos! Métele caña al "RuizGa" desde tu asiento.

PD2: Raúl, aunque estaba cantado, ¡ole ole y ole! Las jovenzuelas ripenses van a estar encantadas con su nuevo concejal.

2 comentarios

I Fought The Law -

Claro. ¿Qué mierda es esa de hacer cosas sin pagar? ¿Apoderado? ¿Reuniones? ¿Encartelar? ¿Manifestarse? Qué desperdicio de tiempo.

Luego serán los primeros en no decir ni mú cuando vilmente los exploten- aveces por aface- en las prácticas. "Es que es por mi futuro" Pues vaya mierda de futuro, será el de ser explotadísimo, supongo.

ricardo -

Y no menos espectacular sería su cara si se enterase de que un apoderado capullo a impugnado la urna en la que votó, y su voto y el de otras setecientas personas no contará... ;)