Mi pequeño Bailaor
Sobran las palabras. Cualquiera que me conozca lo suficiente sabrá exactamente lo que siento, y lo que esto significa para mí. Los diecisiete años de espera han concluido, pero la Pasión que corre por mis venas no para, sino todo lo contrario, aumenta motivada por la compañía de mi nuevo amigo, que resulta ser más humano de lo que muchas personas llegarán a ser.
De la más Pura Raza Española, nace este pequeño Cartujano, que a sus trece años de edad, hereda los resabios de un dueño anterior que lo machacó y lo maltrató hasta desquiciarlo, pero que ahora, tratado con mimos y con cariño, se muestra con un nobleza y un desparpajo que deja anonadado a quien lo mira. Y es que ya no son sólo sus elevaciones y la flexibilidad de sus movimientos; tampoco el brillo casi plateado que el sol produce en su pelaje tordo. Lo que de verdad deja sin habla, es la tranquilidad y la bondad de este pequeño animal, que lo da todo a cambio de un par de palmaditas en la espalda, y que responde dejándose el alma en el picadero, hasta en sus peores momentos.
Podría pasarme horas y horas escribiendo sobre él, pero probablemente pocos me entenderían, así que dejaré mis sentimientos para los que los comprendan, entre ellos, mi pequeñín.
1 comentario
T. -
-Sí, como de todo.
La cena de ayer deliciosa: búfalo, canguro, buey, avestruz...Quizá le faltaba eso, caballo, y estoy mirando a Bailaor con unos ojos predadores...
¡Cuidado con comer animales varios! No olvidemos que puedes conseguir órganos no vitales por módicos precios de monos desnudos.