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Mimierdablog

Experiencias

    Todo comenzó hace unos meses, dejándome llevar por la ilusión con que uno está dispuesto a experimentar nuevas experiencias, e intentando hacer planes a medio y largo plazo.

    Con el paso de los días, la emoción e ilusión iniciales se fueron desvaneciendo paulatinamente, hasta dar paso a una etapa de indiferencia absoluta. De vez en cuando, esas sensaciones de ilusión resurgían de la nada, volviendo a desaparecer al poco tiempo, hasta que todo terminó.

    Son muchas las palabras que definirían la culminación de una aventura iniciada tiempo atrás, pero quizás el mejor calificativo es el de decepción, probablemente debido al tinte rosa e incluso romántico que la televisión da, comparado con lo que posteriormente resultan ser.

    No obstante, como en toda experiencia, siempre se pueden resaltar aportaciones a la vida de uno, y momentos tanto malos, como buenos, excelentes, y paupérrimos. De entre todos ellos, prefiero quedarme con los buenos exclusivamente, borrando los demás, y teniendo en cuenta que, aunque no es una experiencia para repetir constantemente, tampoco lo es para cerrarse las puertas a futuras similares.

 

PD: Eso sí, si alguna vez repito, espero que se haya solucionado el caos de las mareas humanas a la salida del circuito, y se hayan mejorado los accesos al mismo, que yo soy una pija acomodada leñe!

6 comentarios

ricardo -

... pong

ricardo -

Entonces la próxima vez te dejaremos encargada de que nos despiertes a los demás, para que no lo perdamos ninguno. ;)

La U -

No, yo en general soy puntual, no suelo ir perdiendo trenes...

ricardo -

Si olvidas esa imagen, volverás a perder el tren. Si la recuerdas, no volverás a llegar a la estación con el tiempo justo...

La U -

No no no!!! Necesito borrar de mi mente la imagen del tren de las seis de la mañana cerrando puertas cuando entrabamos en el anden, o, despues de haberme levantado a las 5 y media, voy a necesitar meses de terapiaaaa!!!!!!!!Que eso no fueron errores, fueron PUTADAS!

ricardo -

Ja Ja Ja Ja. ¡Qué ingeniosa!

Lo malo de quedarse sólo con lo bueno es que corre uno el riesgo de repetir los mismos errores. Mejor quedarse con todo, para enmendalla cuando haga falta.