Diario de un fin de semana
Este último fin de semana, lo hemos pasado unos cuantos amigos y yo en mi casa de la urbanización segoviana en la que todo el mundo parece tener su pequeño retiro vacacional.
Unos árboles tardíos en su desarrollo con respecto a los de la ciudad me han obligado a doparme durante todo el fin de semana, eliminando de esta forma cualquier intención que pudiera tener de probar una gota de alcohol. Los demás parecen haber creído que estaba en uno de esos múltiples momentos que suelo tener, en los que me aíslo de todo ser viviente, y me meto en mi burbuja particular evitando que cualquier otro me la pueda pinchar. Pero no, mi actitud durante estos dos días, venía más bien ligada al hecho de tener que soportar en estado sobrio a un grupo de personas que probablemente hubieran reventado cualquier alcoholímetro con solo silbarle.
Es de esperar que harta de conversaciones sin pies ni cabezas, cuya coletilla más repetida solía ser un eructo u otra expulsión de gas fruto de unos esfínteres incontrolados, decidiera terminar la noche bastantes horas antes que el resto.
También es de esperar que me cabree cuando al levantarme me encuentro una silla desmontada, los vasos puestos sobre la mesa de madera, sin mantel ni posavasos para que no se estropee, una depuradora en funcionamiento continuo durante 48 horas, un baño en el que se acaba el papel y no se repone, vasos que se rompen misteriosamente (¿alguien ha conseguido romper un vaso, dejando caer un hielo dentro?), y una cocina que causa nauseas hasta al ser humano más cerdo.
En fin, un fin de semana interesante, pero que me replantearé tener de nuevo en otra ocasión, al menos, hasta que el citado grupo de individuos muestre algo más cuidado y respeto por las cosas ajenas, y no tenga que ir yo por detrás verificando que todo está en orden, porque claro, luego quedo de borde...
5 comentarios
D -
ricardo -
No soy amigo de sacarle punta a las incorrecciones en el lenguaje, salvo que dificulten la comprensión o sean cachondas. Lo hago contigo porque sé que te pone.
Tu querido analfabeto
P.S. Como administradora de tu blog, puedes corregir tanto tus posts como tus comentarios.
La U -
La U -
Quizás las matemáticas y la física no sean muy fuerte, pero Lengua española es sin duda la asignatura que mejor se me daba. Elogio por tanto el riesgo que asumes cada vez que criticas alguna cuestión ortográfica en mis textos, pero claro, no siempre se puede llevar razón.
Obviamente, hago alusión a la corrección en la que añades una tilde a la palabra solo, que aparece al final del primer párrafo.
Lamento comunicarte, que solo, exclusivamente se acentúa, de forma voluntaria, y nunca obligatoria, cuando funciona como adverbio modal. En el resto de sus acepciones, no se escribirá tildado.
En este caso, la palabra en cuestión está actuando efectivamente como adverbio modal, luego es decisión del autor la forma en que la escribirá, sin poder ser objeto de corrección o reproche.
Para cualquier duda, la aclaración queda perfectamente explicada en
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=solo
Atentamente,
Yo
PD.: Y sí, el participio del verbo imprimir, admite tanto impreso, como imprimido.
ricardo -
"tardíos en su desarrollo"
creciditos están, si acaso tardíos en su floración, o de sexualidad retrasada.
"con solo silbarle"
con sólo silbarle
"sin pies ni cabezas"
sin pies ni cabeza, salvo retorcimiento deliberado, o alusión a seres de varias cabezas (de varios chichones también sirve).
Menos verificación de que todo está en orden, y más dejar de esconder las maletas de los inocentes!